Mi corazón está gozoso porque amo mi vocación y mi misión como educadora es servir a la comunidad. Vivo apasionada de poder transmitir el conocimiento a estudiantes y maestros. Quiero ser un instrumento instrumento mediador y de paz entre jóvenes y adultos. Vivir y liderar con sentido, eso es lo que quiero”. Fue como se expresó nuestra Coordinadora de Escuela Intermedia y Superior, Nelmarie Franco, sobre la experiencia de participar el pasado mes de noviembre del Encuentro de Formación Marista, FORMAR I, en Guatemala.
Con un gran deseo de transmitir todo lo aprendido y con una visión diferente, Nelmarie nos cuenta parte de su vivencia en este encuentro: “Empatía y solidaridad son palabras que expresan lo que sentí. Valoré nuestra esencia. Mis deseos de continuar ayudando se hicieron más fuertes. Al interactuar con diferentes maestros y maestras de otras escuelas maristas de la Provincia, pude apreciar la fidelidad que tienen como maristas, el amor y respeto que le tienen a Marcelino Champagnat y la devoción a la Virgen. Además, pudimos ver la dedicación, el amor y el agradecimiento que los estudiantes sienten por su escuela… A la vez, aprendí a tener una actitud más positiva ante los retos de la vida”.
Los participantes de este encuentro realizaron una serie de actividades que los llevaron a reflexionar sobre todos los aspectos de la vida. Convivieron y compartieron 10 días de reflexión y aprendizaje que los ayudarán a lo largo de sus vidas. “A través de los días se nos acompañó en el proceso de profundización y espiritualidad. Hubo momentos para reflexionar sobre nuestra vida como persona, como maestra, como líder, como ser humano, como marista. Aprendimos de otras culturas, ya que era importante que nos conociéramos y nos valoráramos. Compartimos nuestras vidas con otras personas. FORMAR fue una de las experiencias más hermosas, enriquecedoras y liberadoras que he tenido en mi vida. Para mí, fue crecimiento personal, espiritual e integral”.
Franco expresó cómo aplicará lo aprendido a su vida profesional. “Debemos continuar abriéndoles nuestros corazones a los estudiantes. Estos buscan de apoyo, lealtad, acompañamiento, empatía, cariño y ser escuchados. Como dijo Champagnat: “Para educar hay que amar. Amarlos a todos por igual”. Es decir, educar es amar al joven tal como es, es confiar en él”.
Finalmente Nelmarie exhortó a todo aquel que le brinden la oportunidad, a que la aproveche al máximo. “Es una experiencia que hay que vivirla para poder entender el gozo, el crecimiento en todo el sentido de la palabra y el aprender a conocernos verdaderamente”.